Ingredientes
Para el bizcocho:
huevos
azúcar
harina tamizada
1 pizca de sal
rayadura de naranja o de limón
Para el relleno:
Crema pastelera:
1/2 litro de leche entera
3 cucharadas de leche fría
3 yemas de huevo
5 cucharadas de azúcar
2 cucharadas de maicena
1 cucharada rasa de harina fina
Corteza de limón
1/2 rama de vainilla
Nata montada:
1/2 litro de nata para montar
Azúcar glas
Esta tarta me recuerda a mi infancia, a los cumpleaños, fiestas familiares.... creo que era la tarta estrella de todas las ocasiones especiales. Desconozco el nombre de la tarta, que lo tendrá, pero siempre le llamábamos la de la cazuela. Cuando he visto la receta que ha dejado Eva en el blog Mi repostería y tu economía tenía que hacerla y aproveché el cumpleaños de mi madre para recordar viejos tiempos. Espero que os guste y os traiga tan buenos recuerdos como a mí...
Elaboración
Comenzaremos por el bizcocho que en este caso haremos un bizcocho genovés. Las cantidades de ingredientes podéis variarlas en función del tamaño del molde y de las capas que le pongamos... yo he utilizado 4 huevos medianos, 125 gr. de azúcar, 125 gr. de harina floja, una pizca de sal. Batimos los huevos con el azúcar hasta que esté bien mezclado. Añadimos la harina, previamente tamizada, mezclando con movimientos envolventes y tratando de que la mezcla no se baje.
Metemos en el horno previamente calentado a 180º C grados. Horneamos 15 minutos, probamos si está hecho pinchando el centro y lo sacamos a enfriar sobre rejilla. Lo dejamos unos minutos en el molde hasta que se temple, en primer lugar para no quemarnos al desmoldar y en segundo lugar porque el bizcocho es frágil y si está muy caliente se nos puede romper.
A continuación preparamos la crema pastelera. Comenzamos poniendo la leche al fuego con la corteza de limón (finita y con lo menos blanco posible), la vainilla y 3 cucharadas de azúcar, lo calentamos hasta punto de ebullición y dejamos infusionar. Mientras infusiona la leche mezclamos en un bol las 3 cucharadas de leche con las harinas, el resto del azúcar y las yemas. Procuramos que no queden grumos. Cuando la leche esté templada la echamos sobre esta mezcla poco a poco y removiendo y cuando esté bien mezclada la echamos en un cazo y ponemos al fuego. Hay que remover bien para que no se nos pegue hasta que espese. Retiramos del fuego y dejamos enfriar un poco para poder usarla.
Para montar la nata es importante que la nata esté bien fría. Yo os recomiendo que enfriéis también el recipiente donde vamos a montar y las varillas. Hay que batir y añadir azúcar glas al gusto hasta que esté bien firme.
Sólo nos falta montar la tarta. Siguiendo el estilo tradicional podemos usar una cazuela de barro (yo lo hice así por los viejos tiempos) y vamos poniendo capa de bizcocho, capa de crema, bizcocho, nata, bizcocho y terminamos con la capa de crema. Podéis para acabar sobre la capa de crema echar azúcar blanquilla y lo quemamos hasta caramelizar y nos quedará una capa crujiente.
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