1 kg de membrillo
750 gr de azúcar
El otoño nos trae frutos deliciosos como castañas, nueces, cítricos... pero hoy nos vamos a centrar en el membrillo. Es una fruta que no se consume fresca debido a su sabor ácido y astringente pero eso no quita su empleo sobre todo para la elaboración de mermeladas, confituras, jaleas y carne o dulce de membrillo. El dulce de membrillo es un postre perfecto si lo acompañamos de queso, uvas o frutos secos. En esta época podemos ver en las fruterías membrillos a vender, os animo a que probéis a hacerlo ya que no tiene comparación con el membrillo industrial.
Elaboración
Comenzaremos por lavar y pelar los membrillos. Cortamos la pulpa de membrillo en trozos (no muy grandes para que se nos cocine más rápido). Vamos poniendo en una olla amplia los trozos a los que vamos añadiendo el azúcar y vamos removiendo para que se mezcle bien. Dejamos el membrillo macerando toda la noche (o al menos 8 horas) para que se ablande la fruta y libere los jugos y así facilitaremos la cocción.
Transcurrido el tiempo de maceración podréis ver que el membrillo ha soltado bastante líquido y que ha cambiado un poco el color. Ponemos la olla al fuego (que no quede muy llena ya que tendremos que remover bastante y podemos quemarnos). Cocemos el membrillo a fuego lento y sin dejar de remover con una cuchara de madera durante por lo menos 50 minutos (el tiempo dependerá también del grosor de los trozos, variedad de membrillo etc.). El líquido se va espesando e irá cambiando poco a poco de color, señal de que el membrillo se va haciendo. Cuando esté casi cocido, veremos que el almíbar está ya bastante espeso y los trozos blanditos, pasaremos una batidora para triturar el membrillo con mucho cuidado de no salpicarnos porque quema mucho. Dejamos cocer un poco más. Para comprobar si está listo no tenemos más que poner en un plato una pequeña porción con una cuchara y dejarla un momento en el frigorífico si solidifica, entonces está hecho.
Sacamos del fuego y echamos en los recipientes (yo uso fiambreras de plástico con cierre hermético). Dejamos enfriar completamente (podemos poner un papel vegetal encima del membrillo justo antes de poner la tapa) y metemos a la nevera. Si lo tapamos bien, herméticamente, podemos conservarlo durante meses en la nevera pero también podemos congelarlo sin problemas.
Podéis utilizar el dulce de membrillo para recetas dulces y saladas pero estará delicioso simplemente acompañado de un trozo de un buen queso de tetilla o Arzúa-Ulloa.
Transcurrido el tiempo de maceración podréis ver que el membrillo ha soltado bastante líquido y que ha cambiado un poco el color. Ponemos la olla al fuego (que no quede muy llena ya que tendremos que remover bastante y podemos quemarnos). Cocemos el membrillo a fuego lento y sin dejar de remover con una cuchara de madera durante por lo menos 50 minutos (el tiempo dependerá también del grosor de los trozos, variedad de membrillo etc.). El líquido se va espesando e irá cambiando poco a poco de color, señal de que el membrillo se va haciendo. Cuando esté casi cocido, veremos que el almíbar está ya bastante espeso y los trozos blanditos, pasaremos una batidora para triturar el membrillo con mucho cuidado de no salpicarnos porque quema mucho. Dejamos cocer un poco más. Para comprobar si está listo no tenemos más que poner en un plato una pequeña porción con una cuchara y dejarla un momento en el frigorífico si solidifica, entonces está hecho.
Sacamos del fuego y echamos en los recipientes (yo uso fiambreras de plástico con cierre hermético). Dejamos enfriar completamente (podemos poner un papel vegetal encima del membrillo justo antes de poner la tapa) y metemos a la nevera. Si lo tapamos bien, herméticamente, podemos conservarlo durante meses en la nevera pero también podemos congelarlo sin problemas.
Podéis utilizar el dulce de membrillo para recetas dulces y saladas pero estará delicioso simplemente acompañado de un trozo de un buen queso de tetilla o Arzúa-Ulloa.
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